Las Islas Vírgenes Británicas (BVI) son una jurisdicción conocida por su flexibilidad corporativa y ventajas fiscales. Ofrecen un entorno favorable para los negocios, leyes de protección de activos y requisitos mínimos de reporte. Las BVI son la elección preferida para empresas internacionales, estructuras de tenencia de inversiones y fideicomisos, brindando confidencialidad y facilidad de administración.